Minerales del agua: ¿Cómo impactan realmente en nuestra piel?

La calidad del agua que utilizamos a diario tiene un impacto significativo en nuestra piel. Los minerales presentes en el agua, como calcio y magnesio, pueden influir en cómo nuestra piel reacciona al contacto con ella. En este contexto, la elección del jabón adecuado es crucial para mantener la piel hidratada y protegida.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el agua se considera dura cuando tiene más de 120 partes por millón de carbonato de calcio y extremadamente dura cuando supera las 180 partes por millón. En Santiago, los niveles de dureza del agua superan ampliamente estos valores, variando entre 300 y 700 partes por millón.

Al respecto, Roberto Arellano, dermatólogo de Dove señala que “Estos minerales pueden despojar a la piel de sus aceites naturales, resultando en una barrera cutánea menos efectiva y en una mayor tendencia a la sequedad y la irritación. La piel deshidratada puede volverse áspera, tensa y propensa a problemas como la dermatitis”.

Por otro lado, el uso exclusivo de agua para bañarse puede llevar a una acumulación de bacterias y residuos en la piel, lo que podría provocar irritaciones, malos olores y un desequilibrio en el microbioma cutáneo. “Aunque el agua ayuda a limpiar superficialmente, no puede descomponer el sebo y otros residuos de manera eficaz”, añade Arellano.

Sin el uso de jabón, es más probable que se acumulen residuos en la superficie de la piel, lo que puede llevar a la obstrucción de los poros y potencialmente a problemas como acné o irritaciones. Además, los residuos de productos como el protector solar o el maquillaje no se eliminan eficazmente solo con agua, lo que podría contribuir a una limpieza inadecuada.

Para lograr una buena limpieza y a la vez contrarrestar los efectos adversos de los minerales del agua, es fundamental utilizar un jabón que aporte hidratación adicional. Los jabones hidratantes están formulados para mantener y restaurar la humedad natural de la piel, ayudando a prevenir la sequedad y a proteger la barrera cutánea.

“No todos los jabones además de limpiar cuidan nuestra piel”, señala Arellano.”Jabones que

tengan ingredientes humectantes, como por ejemplo ácido esteárico y con un pH amigable

con nuestra piel, como los de Dove, ayudan a mantener la piel suave y nutrida, incluso

cuando se enfrenta al agua dura”. 

Considerando la preocupación que genera el agua dura, elegir un jabón que ofrezca propiedades hidratantes, formulado para proteger y nutrir la piel puede marcar una gran diferencia. Mantener una rutina de cuidado adecuada no solo mitigará los efectos negativos del agua dura, sino que también contribuirá a una piel más saludable y equilibrada.

Facebook
Twitter
LinkedIn
WhatsApp

Deja una respuesta

Te puede interesar