Suplementos y sistema inmunitario: ¿realmente ayudan?

Cada vez es más común ver estanterías repletas de suplementos que prometen reforzar el sistema inmunitario. Desde gomitas hasta cápsulas llenas de vitaminas y minerales, estos productos parecen ofrecer una solución fácil para evitar resfriados y otras enfermedades. Pero ¿realmente funcionan?

La respuesta no es tan sencilla. Si bien es cierto que ciertos nutrientes como la vitamina C, la vitamina D y el zinc juegan un papel crucial en el funcionamiento del sistema inmunitario, los estudios han demostrado que tomar estos suplementos no necesariamente previene enfermedades. De hecho, la mayoría de las personas sanas obtienen los nutrientes necesarios a través de una dieta equilibrada, lo que hace que la ingesta adicional de suplementos sea, en muchos casos, innecesaria.

“El consumo de suplementos debe estar guiado por un profesional de la salud, ya que el exceso de ciertas vitaminas y minerales puede generar efectos adversos en el organismo”, explica la nutricionista de Grupo Cetep, Camila Soto. “Si no hay una deficiencia diagnosticada, la mejor opción siempre será obtener los nutrientes a través de la alimentación”.

El problema radica en la falta de regulación estricta de estos productos. Muchas veces, los suplementos contienen ingredientes que no han sido sometidos a pruebas rigurosas o que están en concentraciones que no ofrecen beneficios reales. Además, algunos estudios han encontrado que ciertos productos no contienen lo que dicen en su etiqueta, lo que plantea serias dudas sobre su eficacia y seguridad.

Entonces, ¿cuál es la mejor forma de fortalecer el sistema inmunitario? La respuesta sigue siendo la misma que han recomendado los expertos en salud durante décadas: una alimentación balanceada, actividad física regular, buen descanso y reducción del estrés. Incorporar alimentos ricos en vitaminas y minerales es la mejor estrategia para mantener un sistema inmunológico fuerte.

La nutricionista de Grupo Cetep entrega algunas alternativas naturales que incluyen:

  • Frutas cítricas como naranjas, kiwis y limones, ricas en vitamina C.
  • Pescados grasos como el salmón y el atún, que aportan vitamina D.
  • Frutos secos y semillas, fuente de zinc y antioxidantes.
  • Yogur y otros alimentos fermentados, que favorecen una microbiota intestinal saludable, clave para la inmunidad.
  • Verduras de hoja verde, ricas en vitaminas A y B, fundamentales para el funcionamiento celular.

“No hay una fórmula mágica para fortalecer el sistema inmunológico. Una dieta equilibrada y hábitos de vida saludables siguen siendo la mejor estrategia”, agrega Camila Soto, nutricionista de Grupo Cetep.

Si bien los suplementos pueden ser una opción para quienes tienen deficiencias específicas, siempre es recomendable consultar a un profesional de la salud antes de tomarlos. En definitiva, la clave para un sistema inmunológico fuerte no está en un frasco de pastillas, sino en hábitos saludables que fortalezcan nuestro cuerpo de manera natural.

Facebook
Twitter
LinkedIn
WhatsApp

Deja una respuesta

Te puede interesar