El secreto innovador que permite la conservación y calidad de vinos de categoría mundial

El vino chileno es uno de los más reconocidos y apreciados en el mundo, gracias a su calidad, diversidad y tradición vitivinícola. Es que Chile posee condiciones geográficas y climáticas únicas que favorecen el cultivo de la vid y la producción de vinos de excelencia. Además, cuenta con una amplia variedad de cepas y estilos que reflejan la riqueza de su terroir y la influencia del mar y las montañas en la producción de este cotizado mosto, teniendo una presencia en más de 140 países. Así, el sector vitivinícola chileno ha sabido adaptarse a los desafíos y oportunidades que plantea el escenario global, manteniendo su competitividad y su compromiso con la innovación y la sustentabilidad utilizando para ello, soluciones diseñadas especialmente para proteger la calidad de su vino en todas las etapas de su elaboración.



Esta solución para la enología la desarrolla Air Liquide Chile, a través de la utilización de gases inertes que sustituye los gases dentro de un envase por una combinación adecuada para la conservación del producto. Una tecnología que permite proteger y preservar la calidad y la frescura de la uva, además de mantener la calidad del vino a largo plazo, sin que pierda sus propiedades esenciales como el aroma, color y sabor, prolongando su fecha de caducidad y reduciendo la utilización de aditivos químicos. Esto permite no sólo garantizar el estándar de calidad del producto, sino, además, asegurar que las exportaciones y sus largas travesías marítimas hacia los mercados de China, Estados Unidos, Reino Unido y Japón, lleguen en óptimas condiciones a las mesas de los consumidores.



“Esta solución innovadora con gases inertes de Air Liquide Chile permite conservar el vino de forma natural y eficaz, al reducir el nivel de oxígeno, aumentar el de dióxido de carbono y controlar la humedad relativa. Esta técnica ofrece múltiples ventajas, como, por ejemplo; prescindir de preservantes y aditivos artificiales obteniendo un producto más natural y sustentable, disminuir las pérdidas en los puntos de venta y en el largo camino hacia su destino final, además de lograr un producto más atractivo sin que pierda sus características esenciales, lo que en definitiva significa, prevenir el deterioro natural del vino al evitar su riesgo de oxidación en todo el proceso productivo”, explica Miguel López, jefe de Producto Air Liquide Chile.


PRESERVACIÓN DE LA CALIDAD Y SOSTENIBILIDAD VITIVINÍCOLA

Los vinos, elaborados con uvas seleccionadas de diferentes regiones y valles vitivinícolas, se envasan en botellas que contienen nitrógeno o anhídrido carbónico. Cabe destacar que el uso de estos gases inertes es una práctica reconocida y avalada por la industria internacional, que no implica ningún riesgo para la salud de los consumidores ni para el medio ambiente. A su vez, la firma francesa contribuye a la industria vitivinícola en la gestión de residuos, a través de la oxigenación en el tratamiento de aguas provenientes de sus procesos, protegiendo el medioambiente y colaborando con la sustentabilidad de la vitivinicultura.


Durante el proceso de embotellado o envasado, el riesgo de oxidación es importante, ya que el vino entra en contacto con el aire, el cual puede afectar negativamente a la calidad del producto y anular los beneficios de los procedimientos y cuidados anteriores en el proceso de la vinificación. La técnica de purga e inertización consiste en la introducción de un gas inerte en la botella o el envase, con el objeto de evitar la presencia e inclusión de aire durante el proceso de llenado.


“Nuestro servicio de enología y asesoramiento de expertos en gases y nuestras aplicaciones en el sector vitivinícola ofrecen soluciones enfocadas a la preservación y conservación de la calidad del vino en las distintas fases de su elaboración, desde la homogeneización, remontado, embotellado y la protección de mosto en atmósfera inerte para evitar oxidaciones indeseadas durante todo el proceso y que el producto final tenga todas las bondades que lo hacen único. Esta solución permite preservar la calidad y las características organolépticas de los vinos, evitando la oxidación y el desarrollo de microorganismos indeseables.”, enfatiza López.


En definitiva, esta tecnología integral contribuye a mejorar la competitividad y la sostenibilidad de la industria vitivinícola nacional, así como a satisfacer las exigencias de calidad internacional y seguridad de los consumidores

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